Estimado compañero, ahora que han pasado unos días desde tu brutal asesinato, me gustaría decirte una cosa: esto no es justo.
No es justo que no puedas estar más con tu familia.
No es justo que no puedas estar con tus amigos, salir por ahí a tomarte unos vinos o hacer lo que sea.
No es justo que no hayas podido celebrar la victoria de nuestro partido en las pasadas elecciones generales.
No es justo que te hayan matado para nada, porque nada es lo que han conseguido con tu muerte, tan sólo han logrado dar un paso más hacia su desaparición.
No es justo, compañero que nos hayan obligado a conocer tu nombre a los otros compañeros de otros lugares de España precisamente cuando nos impiden llegar a conocerte nunca.
No es justo que nos cumpen a nosotros, los socialistas de la situación cuando ellos son los que tienen las manos manchadas de nuestra sangre.
En definitiva, compañero, la verdadera justicia no debe de existir aun en este mundo, porque sino los del terror habrían desaparecido hace tiempo.
Si hay algo más allá esperemos que sea un lugar de justicia, libertad, república y socialismo.
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