lunes, 16 de febrero de 2009

«C/ Jerónima Blanco», una calle llena de memoria

El pasado 19 de julio de 2008, Francisco Fernández, alcalde de León prometió durante la inauguración del "Hito de la Memoria" en Carrocera, poner una calle en la ciudad de León en memoria de Jerónima Blanco Oviedo y su hijo Fernando Cabo Blanco, cuyos restos fueron exhumados a principios de aquel mes en la Comarca de El Bierzo. Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se había solicitado por esas fechas que se diese el nombre de Jerónima Blanco a una calle de Ponferrada en su memoria como víctima de la represión más indicriminada, pero la respuesta fue negativa.
Por este motivo, desde la corporación municipal de León, se llevaron a cabo los trámites oportunos para que una calle de la capital leonesa cumpliese con la propuesta de ARMH para Ponferrada.
Después de medio año, el próximo 22 de febrero se va a celebrar el acto de bautismo de la calle Jerónima Blanco, que pasará a formar parte del callejero de la ciudad de León. Sin duda, la dureza de la historia de Jerónima se debe destacar, como así se ha hecho y se seguirá haciendo, a partir del domingo.
Podemos decir, con toda seguridad, que la represión se cebó sobre esta familia con una extremada crueldad. Todo comenzó cuando en los primeros momentos, Isaac Cabo Pérez vio como única solución para salvar su vida abandonar su hogar, ya que era pública su militancia de izquierdas y su actividad sindical. Durante un tiempo esquivando las patrullas al amparo de la oscuridad bajaba desde el Pajariel hasta Flores del Sil a visitar a su esposa.
Seguramente Isaac creía que su ausencia sería suficiente para salvar a su familia de un destino fatal. Sin embargo, el grupo de falangistas que habían acudido en su búsqueda decidieron que esa familia tenía un estigma que sólo podían borrar con su muerte, eran rojos, peor que animales. Por eso, ante la imposibilidad de capturar a Isaac, con tan sólo 4 años fue asesinado impunemente su hijo Fernando. De la misma forma ejecutaron su castigo sobre su esposa embarazada. No les pareció esto suficiente, dejaron durante tres días sus cadáveres en una cuneta al borde del camino.
Los asesinatos no cesaron aquel 23 de agosto de 1936, el mismo destino tuvieron sus padres, Demetrio Cabo y Visitación Pérez, sus dos hermanos, Demetrio y Vitorino y su cuñado Salvador. Prácticamente sin familia directa Isaac, decidió dejar atrás El Bierzo. Sólo le quedó el recuerdo de una familia destrozada y una foto de su mujer y su hijo.
Esta es la verdadera crueldad de la represión que sufrieron los españoles. Isaac salvo su vida pero lo perdió todo, su vida costo otras ocho. Si hubiera sabido lo que iba a suceder se hubiese entregado, pero quien le podía asegurar que eso hubiese sido alguna garantía de salvar sus vidas.
Por eso lo único que podemos hacer ahora es ofrecer este modesto reconocimiento en comparación con la gravedad del crimen, como es recordar a esta familia en la figura de los que no pudieron defenderse.
Está prevista la presencia en el acto del poeta Antonio Gamoneda, que ofrecerá unos versos, dos de las hermanas de Jerónima, Elena y Pilar y representantes de ARMH, la corporación municipal y demás autoridades locales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mucho ánimo con esta iniciativa

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Presentación del libro "Muerte y represión en el Magisterio de Castilla y León"